Durante una operación se llevan a cabo ciertas acciones que pueden provocar un estrés mecánico excesivo en tu cuerpo. Tu sistema nervioso puede tomar ciertas estrategias para evitar que los tejidos sufran y te puedas recuperar, como provocar dolor o modificar tu control motor. Cuando se modifica el control motor (haya dolor o no), se produce un aumento de la tensión en ciertos músculos como resultado de la disminución de la fuerza en otros.
Esta modificación en el control motor a corto plazo puede ser beneficiosa, pero si se mantiene en el tiempo puede derivar en problemas como que exista dolor en distintas zonas de tu cuerpo, aumento de la tensión en ciertos músculos, reducción de la movilidad o un aumento del desgaste en las articulaciones.